Thursday, June 29, 2006

Roaming permanente



Empiezo con una reflexión que me hizo una vez Moi sobre el roaming.
El roaming es ese lugar en donde estás, pero no estás en ningún lado.
Porque no importa dónde estés, nunca jugás (ni llamás) de local.
Si tenés que llamar al país de origen de tu celular, llamás larga distancia. Pero si llamás a alguien que está a sólo dos cuadras de donde vos estás ahora -como tu celular no es de ahí- también estás llamando larga distancia.
Porque el roaming es como estar siempre en otro país, de extranjero.
Así me siento yo hoy a sólo días de viajar para Argentina en el clásico viaje anual.
Extranjero en Puerto Rico y turista en Argentina.
Vivo en una casa en Puerto Rico que es mía, donde están mis cosas, que me gusta, pero no es "mi" casa. Mi corazón sigue en esa casa que diseñamos y construímos con Moi juntos, en los árboles que fuimos plantando, las hierbas que perfumaban la cocina, el lugar donde nacieron los chicos.
Una vez más me toca vivir en un hotel en Argentina como si fuera un turista. Visitando amigos y familia, tratando de entrar en conversaciones de cosas que me perdí, tratando de ponerme al día en sólo unos días. Tratando de conectarme, que no te vean como de vista. Corriendo para hacer en unos días con todos, lo que no pude compartir en casi un año de ausencia. Las conversaciones y chistes sobre cosas que pasaron pero "vos no estabas ahí".
Extranjero en el país en que vivo. Turista en el país que me vió nacer y crecer.
Hace ya casi 2 años que no juego de local (ni en Puerto Rico ni en Argentina).
Por eso digo que estoy en roaming permanente.

Monday, June 26, 2006

¿La mano de DIOS… o el toque de los mortales?

Se celebran 20 años de la “mano de dios”, aquel famoso gol de Maradona a los ingleses. Un gol inmortalizado. Porque fue una venganza a una estúpida guerra que perdimos apenas había empezado. Porque la viveza criolla violó una vez más las reglas. Porque los niños aprendieron de sus padres que no importa cómo, lo importante es ganar. Porque nos dio pase libre a pelear un campeonato mundial. Porque el segundo gol, que fue espectacular y superior en técnica y destreza… quedó en segundo lugar.
Fue un momento de exposición mundial para la Argentina. A partir de ese momento estando de viaje la pregunta obligada era “Ah Argentina… Maradona… AH! El gol con la mano a los ingleses…”
Confieso – y no soy un moralista- que cada vez que me preguntaban eso buscaba cambiar de tema. Por la vergüenza, porque creo que no es una imagen de la que debamos jactarnos.
Acá lejos a la distancia viendo el mundial con amigos argentinos -transmitido en inglés y por ESPN, en un país que no sabe de fútbol -las cosas se ven distintas.
Se extraña el ruido en las calles, los relatores llenos de metáforas y circo, la gente comentando en el laburo y en la calle, todo ese descontrol y el apasionamiento.
Me gusta mucho el fútbol del mundial, pero no soy fanático del fútbol dominguero. Soy un argentino más en esto de opinar (que nos creemos DT sólo por haber jugado un picado en alguna quinta, algún domingo).
Pero pienso que el fútbol es una muy buena metáfora de nuestra realidad nacional.
Un país que necesita un padre fuerte que lo saque de la indiferencia: sea San Martín, Perón o Menem.
Un país que necesita de ídolos para sentirse importante: “nadie escribe como Borges” (pero no le daban el premios NOBEL porque decían había una conspiración contra Argentina), “Gardel cada día canta mejor” (aunque esté muerto), “Diego es Dios” (aunque terminó más arruinado que cualquier humano…).
Respeto a Pekerman porque parece un profesional, no sólo un apasionado. Me hace sentir un poco mejor porque no sale como loco a putearse con todos –como otros DT caracterizados por volcar su frustración en una puteada. Se caracterizó siempre por el fair play con los juveniles. No veo a los pibes protestando ante una falta o yendo de a grupo a patotear al referí como en los tiempos de Diego, perdón… de Dios.
Hay un equipo. Todos cuentan, todos tienen un rol y se entienden. No dependen de un habilidoso para hacer un milagro y sacarle frutos.
Por eso les regalo este gol. No sé si para inmortalizarlo (como dicen en clarin.com) pero brilló. Porque demuestra que las cosas se pueden hacer bien. De buena fe, sin engaños.
Que trabajando en equipo somos más. Sino miren los casi 30 toques antes de llegar al arco.
Porque no necesitamos de un ídolo perfecto que nos salve de nuestras propias cagadas. Porque rezar a un Dios (sea religioso, el presidente de turno o un jugador de fútbol habilidoso) para que nos libre de todos los males es infantil.
Argentina está llena de recursos le falta dejar de lado las vivezas y empezar a trabajar en equipo. Como esa frase con la cara de Gardel “no me lloren… crezcan”.
Por eso prefiero el toque de los mortales que ser inmortalizados como el país que, para hacer goles, necesita de la mano de un Dios.

Thursday, June 08, 2006

Yo discrimino, ¿Y usted?


La palabra discriminación está de moda.

Si bien siempre hubieron prejuicios, diferencias y abusos; en los tiempos que vivimos el tema se ha convertido en un mandato, en una suerte de ideología.
Desde que el hombre es hombre (o mujer para que nadie se ofenda) que existen diferencias entre las personas. Y esa ha sido la base de la convivencia. Aprender a estar con personas que son –básicamente- distintas a mí.

Lo contrario es la intolerancia. La intolerancia es la base de la discriminación mal entendida.

Mi punto es que discriminar no es malo como nos quieren hacer creer. Aquellos que quieren regularnos a través de leyes escritas o no. Que quieren que no pensemos como adultos, y buscan limitar nuestra capacidad de elegir, de tomar decisiones.

En vez de enseñarnos a respetar a los demás –por ser distintos- y en esa diferencia aprender, comparar, etc. nos imponen una creencia: discriminar está mal, la gente que discrimina está fuera de la tendencia de la modernidad, ser moderno es no discriminar.

Obviamente la NO-discriminación tiene una intención positiva: proteger a los débiles de los abusos de los “poderosos”.

El problema es cuando caemos en la trampa. Y hacemos de nuestros actos, una postura para quedar bien con el discurso social. Como bien señala mi amigo Gonzalo, miren las fotos de los Directorios de grandes empresas americanas: siempre hay un negro, una mujer y un oriental… Cumplen con la imagen de ser una empresa que no discrimina. Ahora, que sepan respetar las diferencias…

Los que manejan el significado de las cosas, nos hacen creer que la palabra discriminar es algo negativo. Qué logran: que adoptemos la posición de defender las minorías (negros, extranjeros, gays, etc. etc.) desde lo aparente. (la paradoja es que hay tantas minorías que ya no hay mayorías… )

En realidad logran que perdamos la parte positiva de discriminar: discernir, seleccionar, preferir, diferenciar, premiar, etc. etc. Todos estos conceptos positivos que son parte de esa misma palabra.

Porque si vamos a la definición del diccionario: “discriminar es darle un trato preferencial a una persona por sobre otra”. Es distinguir a alguien. De hecho premiar al que gana un partido de tenis o al mejor promedio, también es discriminar… O si voy a cenar con Moira y no con los chicos, los estoy discriminando…

La cara oculta de esta moralidad llamada No-discriminación es que termina transformando a las personas en víctimas. Y por querer proteger a unos, termina protegiendo a aquellos que entran en algunas de las variables de discriminación (edad, color de piel, sexo femenino, homosexualidad, enfermedad Terminal, etc. etc.). Cualquiera se puede amparar en este aparente privilegio.

Y en vez de fomentar la competitividad promediamos para abajo. Porque los “protegidos” terminan abusando. Entonces una persona incompetente no puede ser despedida porque tiene más de 40 años. Ahora la incompetencia no tiene nada que ver con la edad. Pero se usa a la edad como una excusa.
Entonces los aprovechadores, se ponen a esperar porque –especula- “si me hacen algo demando por discriminación” (sexual, racial, etárea, la que se te ocurra).

Creo que hay correr los títulos de moda y evaluar a cada persona por su capacidad y no por su condición. Hay gente joven capaz y gente joven incompetente. Hay gente homosexual muy inteligente y otros que son uno más del montón. Hay mujeres que manejan una compañía mejor que cualquier hombre y otras que no saben manejarse.

La paradoja es que la ley de discriminación no discrimina, en a quién hay que proteger.

Es como el caso de los fumadores. Se les debe dar 4 breaks de cinco minutos por día porque no pueden no fumar, sino se los dan, estarían siendo imparciales. Ahora, nadie dice qué pasa con los no fumadores que son más y deben trabajar esos 20 minutos de más por día, por qué no se les da el derecho a un descanso para respirar aire puro?

Para seguir con la polémica, no estoy a favor de proteger a los débiles. Es una forma de fomentar su “debilidad”. Hay que darle herramientas (o sea enseñarles a pescar y no regalar el pescado, que es la fácil… lavamos la culpa y a otra cosa).

Pero claro –desde el punto de vista de un gobernante- siempre es más fácil manipular gente débil que fuerte…

Sí, estoy claro en que hay que regular los abusos de los fuertes o grandes. Pero también hay que exigir.

En estos lares la discriminación es como una palabra mágica. Le metés presión a un empleado vago y enseguida te dice “me estás acosando”. Le exigís (dedicación, calidad, iniciativa, etc) y te dice “me estás discriminado”. Y sigo. Felicitás a uno por hacer las cosas bien y le dás más responsabilidades y él que no se esfuerza te acusa de discriminarlo porque a él no lo estás premiando.

Yo discrimino, digo en el título de este post.

Sí, porque elijo con qué personas me gusta estar. Porque elijo a dónde me gusta ir a comer y a dónde no vuelvo ni aunque sea gratis. Porque elegí a una mujer para que sea mi compañera y no a otra. Porque me interesan ciertos deportes y otros no. Porque hay vinos que me gustan y otro no tanto.

Discriminar, en el buen sentido de la palabra, es un acto inteligente.
Significa entender las diferencias y elegir qué es lo que a uno más le gusta, qué es lo que prefiere tanto, como lo que no. Y ser tolerante. Y punto.

Hay un dicho que reza: los extremos se juntan. Los países comunistas quisieron vestir a todos de igual manera, que comieran lo mismo, que pensaran igual. O sea que no discriminaran, sino que siguieran las reglas impuestas.

El extremo capitalista te fija pautas de comportamiento, moda y costumbres. Te invita a no discriminar, porque pensar distinto es malo. Entonces a través de una cultura del miedo, de promediar para bajo hacen que todos vivan un sueño de vida igual, con el mismo auto, la misma casa, etc. etc. (ver película American Beauty). Logrando que la gente responda como autómatas y no discrimine. Una vez más, que sigan pautas en vez de definir qué tipo de vida quieren. Así son más fáciles de manipular.

Por eso vuelvo y pregunto: Yo discrimino, ¿y usted?

Friday, June 02, 2006

Somos cubanos, somos buena gente...
















Era la segunda noche de camping en Isla de Mona. Amanecer de un día maravilloso. Al abrir la carpa para salir sólo se veía arena blanca y finita, un mar turquesa infinito y la ocasional compañía de una iguana de gran tamaño.

Esta vez para sorpresa nuestra -al ir al improvisada área de desayuno donde estaban los otros 20 buceadores que habían viajado con nosotros- un grupo de gente y niños se cobijaban bajo un gacebo.

Al oír el tono de sus voces caí en la cuenta de que eran cubanos. La pregunta inmediata es cómo llegaron a esta isla paradisíaca pero remota...

Isla de Mona es una reserva natural, no hay nadie que viva allí salvo personal estable que protege sus bellezas naturales. Pertenece a Puerto Rico y está a 3 horas de barco de la Isla principal de Puerto Rico. El cruce dicen es unos de los 3 más salvajes del mundo, el canal de la La Mona es donde confluyen el Oceáno Atlántico y el Mar Caribe creando fuerte corrientes submarinas y superficiales.

Charlando con un grupo de amigos, nos contaron lo que pasó. La noche del Domingo cuando ya habíamos terminado las cuatro buceadas que habíamos ido a hacer, un grupo se quedó de joda tomando cerveza (Que claramente habían indicado que no se podía introducir alcohol en la Reserva...) Con Moi que nos habíamos dedicado a otros juegos ya hacía rato que dormíamos. Sería la una y media de la mañana cuando este grupo de 4 ó 5 que estaban celebrando las últimas botellas de cerveza, que vieron sorprendidos un grupo de personas irrumpir en la playa de imprevisto.
"Somos cubanos, somos buena gente, no nos hagan nada..." Fue lo primero que escucharon. De inmediato entendieron que eran prófugos del régimen castrista que habían escapado.
Al haber tocado suelo americano pueden solicitar asilo político (todo el que escapa de Cuba es considera por USA como perseguido político). Ahora bien, si los atrapan en el agua, los devuelven y si son dominicanos también. Suena discriminatorio pero es así, la parte positiva del conflicto entre Estados Unidos y Fidel es que le abren las puertas para que los cubanos se vayan a hacer la América...

Y sino miren la foto del impresionante barco del US Coast Guard Service. Ustedes se preguntarán cómo pueden llegar con un bote a motor viajando desde Dominicana (ahora los cubanos se avivaron y en vez de ir a Miami viajan a Dominicana y de ahí a Isla de Mona....). La respuesta es simple. Los días que estuvimos allí desde que sale el sol hasta que cae, el barco con sus radares y equipo estaba siempre a la vista patrullando. Ahora cuando cae la noche ya no se lo ve más. Y cuándo es que llegan los cubanos... bingo !! De noche.
Así que no sé si es la solidaridad o una estrategia del gobierno americano para ir vaciándole la isla (de Cuba) a Fidel y quitarle poder. La noche anterior a nuestra llegada un contingente de 11 había llegado, la segunda noche llegaron 12. Hagan las cuentas en un año...
Por nuestro lado participamos de una experiencia que habíamos leído pero no es lo mismo que vivirla. Entre todos juntamos cosas. Moira les llevó frutas, otros comida, uno vendas. (Los pobres cubanos estaban todos cortados por el coral. El gentil dominicano que los llévó los tiró en medio de un arrecife sin advertirles).
Fuimos a Mona en busca de sorpresas bajo el agua, pero lo más sorpresivo lo encontramos en la superficie.