Thursday, April 20, 2006

El rey del mapo




El otro día al regresar de Vieques, estábamos pacientemente esperando la hora y pico que faltaba para que saliera el avión. El aeropuerto simple y pequeño, sin mucha actividad.
De pronto uno de los bebeder0s se rompió y creó un enorme charco de 3 metros de largo, en segundos.
Sin nada que hacer, observé desde mi asiento, la reacción del personal del aeropuerto a semejante "crisis" inesperada.
Un empleado reacciona y llama a otro. Se miran como desconcertados, van y vienen sin decidirse. Al rato, uno de ellos coloca el primer signo amarillo de wet floor a un costado. Ya dos personas pisaron el charco.
El segundo empleado vuelve a escena y coloca otro signo amarillo y luego un tercero. Pasan varias personas y surfean unas olas de semejante charco. Claro los signos están colocados detrás de la laguna en potencia, o sea que cuando la gente los ve, ya está encima del agua.
Como estoy al pedo y trabajo en comunicación, quiero hacer una prueba y cambio de lugar los signos y Eureka ! la gente ya los ve y dejan de pisar el agua.
Pasó casi media hora y el charco sigue allí. Hasta que de repente aparece el protagonista mayor: El rey del mapo. Vestido con borceguíes que le llegan a mitad de la pierna y medias blancas que le llegan a media rodilla y una remera sin mangas no muy masculinas, llega el rey con su enorme cuerpo y su mapo con carrito.
Y se merece semejante título porque -digo- si lo hacen venir desde su casa para limpiar y se dan el lujo de esperarlo media hora con el charco intacto en plena entrada principal de un aeropuerto, es que este tipo la debe tener clarísima con el mapo.
Empieza su trabajo con ridícula concentración y pasa el mapo (que parecen tiras de trapo de piso atadas a un palo de escoba) por el medio del charco. Luego en su carrito con una palanca lo oprime con decisión para quitarle el agua. Lo retuerce por un lado y por el otro, con una técnica precisa. Y vuelve a pasar el mapo por el agua y vuelve a retorcerlo con la palanca de su carrito. Y así sigue unos minutos. Ya el charco se redujo a la mitad. Entonces seca los bordes con esmero y decide quitar los signs de wet floor y ponerlo a un lado. Empieza a charlar con los otros -obviamente pisando con sus borcegos la parte de agua que aún espera ser secada- y se distrae de su noble tarea.
El charco reducido a la mitad de su original, vuelve a ser blanco perfecto de los turistas que buscan no caerse de culo cuando el agua les quita estabilidad.
El rey -enorgullecido de sus avances- alardea con los dos empleados que lo miran trabajar: "hey por este charquito me mandaron llamar..."
Luego retoma su noble tarea y finaliza de secar el charco que ya llevaba una hora y media allí juntando decenas de pisadas.
Así que ya saben si en su casa se derrama agua, no duden en llamar al rey del mapo. Especialización, efectividad e inmediatez garantizadas.

Tuesday, April 11, 2006

Argentina Violenta

Parafraseando el ya clásico slogan de la dictadura militar que quería hacernos creer que éramos un país grande y fuerte, hoy rompo la frivolidad del agua turquesa del blog por el color más rojo de la muerte.

Que la muerte te espera a cada esquina es cierto, tanto como lo inesperado de su azaroso encuentro.

Ahora cuando la idiotez humana de a quien le pagan para proteger a los demás, le abre la puerta de tu seguro hogar para que otros te maten en tu propio palier no tiene nombre.

No puedo contarlo con mis palabras, no porque no me den las capacidades de redacción, sino por el dolor y la impotencia. Transcribo unos párrafos de lanacion.com.ar:
“Según informaron fuentes con acceso al expediente, en la madrugada del domingo pasado, el agente de la comisaría 53a. estaba realizando tareas preventivas en la esquina donde está situado el Museo Renault, en Figueroa Alcorta y Ortiz de Ocampo.
Pocos minutos antes de las 2, por enfrente del Museo Renault pasó corriendo Bragagnolo. Trataba de escapar de la patota que lo agredía. Fue en esa ocasión cuando el agente tomó intervención en el hecho. El policía detuvo la marcha del grupo de adolescentes y preguntó qué había sucedido. La patota acusó a Matías de haber robado un teléfono celular. En ese momento, Bragagnolo había ingresado en el edificio de Ortiz de Ocampo 2882. Estaba por subir, junto con sus dos amigos, al piso 14. De allí habían salido minutos antes para ir a un quiosco y comprar bebidas cuando fueron sorprendidos por la patota. "El agente dio crédito de lo que decían los integrantes de la patota. Fue hasta el edificio y obligó al encargado a abrir la puerta", explicó el abogado de la familia Bragagnolo. Según González Siches, el policía, sin orden judicial y sin la presencia de testigos, requisó a Bragagnolo y a sus dos amigos. "El agente le quitó a Matías su celular. Lo maltrató a él y a los otros muchachos. Después se fue y dejó a la patota dentro del hall del edificio", agregó el abogado. Una vez que el policía se retiró del edificio, fuentes de la pesquisa dijeron que el grupo agresor volvió a golpear a Matías y a sus dos amigos. "Los de la patota gritaban «matalo, matalo»", confió una alta fuente del caso. Poco después, Matías les habría dicho a sus amigos: "Me siento mal", se descompuso, perdió el conocimiento y murió”.

Sucedió en Argentina sí. En Buenos Aires a eso de las 2 de la mañana cerca del Museo Renault.
Qué pasará con el policía, no se sabe pero seguramente seguirá cometiendo cagadas con o sin uniforme.
Cómo paliar el dolor de un padre ante tanta impotencia ante tanta ridiculez humana, de vuelta el que debe protegerte te abrió la puerta de la muerte.
Podemos pensar en lo mal que está la sociedad o echarle la culpa a la policía. Pero, a final de cuentas, los que persiguieron al chico, los que transformaron una baldosa en un arma fueron niños (sí un adolescente aún es un niño). No quisiera estar en los zapatos de esos padres, que evidentemente no supieron darles un carajo de valores a esos chicos, que ya cruzaron el umbral de la madurez por un tren rápido que no tiene retorno.
Qué explicaciones le das a un chico de 17 años.
Era uno de los mejores amigo de Matías, el hijo mayor de mi hermano Eduardo, además mi ahijado.
Le dedico este post. No porque vaya a paliar su dolor o incomprensión, no porque vaya a contribuir en algo a solucionar el caso.
Simplemente para mandarle un abrazo fuerte y acompañarte.
Te quiero, lo siento mucho. Fuerza !!!!!

Quién te quita lo buceado...




Semanas de mucho trabajo, semanas tratando de que la gente comprenda lo que no quiere comprender porque eso implica más trabajo, semanas esperando que los niños crezcan y se apacigüen, pero no… crecen pero es peor.
Entonces… una semana sin trabajo, sin personas que no quieren entender, sin niños que no quieren dejar de ser niños por un rato.
Destino Belize. Mar turquesa impoluto aún (más de 100 pies/33 metros de visibilidad.
Bucear hasta el hartazgo, de día, de noche, de tarde, etc. Hasta certificamos para usar Nitrox (32% de oxígeno en vez de 21%) lo que te permite bucear más seguido y chupar menos nitrógeno
Certificamos Advanced Open Diver y sumamos 15 buceadas más que dejaron huella. Navegación subacuática, de noche, multinivel y en profundidad. Menos mal que estaba con mi recién estrenada computadora de buceo (regalo de cumple x moi) que me avisó cuando me pasé de rosca y me fui a 132 pies (44 metros) de profundidad. Un poco inconciente, pero qué bien estuvo…
A la noche disfrutar un perfecto champagne mientras miles de estrellan dibujan el cielo, nuestras sillas reposadas sobre un pequeño muelle al lado de las cabañas de madera y hojas de palmera que se paran en pilotes de madera por sobre el mar.
Un personaje que compró una isla hundida y la transformó en un resort (luego de rellenarla de arena y confort pero sin perder la rusticidad). Sus anécdotas, comer en compañía de la gente del lugar, pan casero recién horneado (uno distinto para cada comida).
Gracias, Moi por ese momento.
Luego la aduana, la locura, los celulares con ruidos extraños pero violentos.
Volver a casa. Total, quién te quita lo buceado.

Cae el sol




Es atardecer en Belize, el motor del bote musicaliza en ausencia de Soda Stereo. Y cae el sol. Como un gran fuego redondo se confunde con el horizonte y toca el mar. Escucho un sonido misteriosos, no sé si es el agua apagando los últimos rayos del sol que se ha ido o simplemente un delfín que canta.
Me siento en el borde del bote, ya anclado en medio del mar con el equipo listo y me tiro hacia atrás, la luz que me llevo en la mirada desaparece en un instante mientras abro los ojos en medio de un agua oscura, llena de noche.
Enciendo la linterna y la noche se hace presente en medio de tantas incógnitas. Lo que creía iba a provocar miedo o ansiedad me inspira éxtasis y tranquilidad. Descubrir el fondo del mar de noche es realmente una de las mejores experiencias de mi vida.
Todo esto lo pienso en un segundo, luego cae Chris, luego Moi y por último José con su cuerpo flaco y largo.
Nos perdemos cada uno en su mundo y empezamos a jugar como niños con las linternas, señalando a los pobres peces que dormían.
Nos miramos con Moi y no podemos creer todo lo que hay, cómo se camuflan los peces de noche. Descubrimos langostas gigantes que pelean, un cangrejo inmenso se esconde en un caracol, una verde morea expone su densa dentadura mientras nos mira amenazante desde su cueva. Un pez extraño que parece un pequeño tiburón se esconde debajo de una roca y luego de una esponja.
Nos movemos de a poco como si tuviéramos miedo de perdernos en la oscuridad de ese mar infinito y trasparente. Con la linterna –tal cual pasa de día con los rayos del sol- las esponjas y corales irradian colores espectaculares: rojos, violetas, verdes, amarillos, naranjas, según el caso. Sólo que el efecto ahora es más llamativo, las cosas de color se recortan sobre el fondo oscuro del mar no iluminado.
En un momento apagamos las luces y agitando las aguas, pequeños light worms (símil bichos de luz de agua) se encienden e iluminan nuestras caras. Jugamos como chicos, no se puede creer !!!!!!!
Una experiencia alucinante, que te enciende la sangre y te hace sentir que estás vivo. Volvimos al calor de las toallas y con la luna de guía.

Después de esa experiencia, comés, cogés, dormís, mejor que nunca. Los sentidos alertas como un pez en la oscuridad del mar.

A la noche siguiente (como era de preveerse) fuimos por más…

Nota: las fotos no son nuestras pero representan parte de la experiencia.

Fuga de cerebros…


Leo en clarín.com que están preocupados en Argentina por la fuga de cerebros (valiosa mano de obra que se va al exterior). Esta vez refiriéndose más a los técnicos que a los profesionales (no sé si porque estos ya se han ido todos o porque parece que los técnicos ahora son los que mueven las cosas…
Paseo por el aeropuerto de Heathrow (London) y miro una cosa peculiar. Ver foto.
Un extraño aparatejo que me recuerda a los espacios que hay en los parque de New York dedicados especialmente para que los canes (y sus amos) pasen, compartan con otros canes (y amos) y hagan sus necesidades (la de los canes, no la de los amos). Pero en esta ocasión es un recinto (pseudo prisión) para los fumadores. Los mismos deben autoencerrarse en esta pequeña cárcel tecnológica en donde paredes cautelosas y potentes extractores protegen a los no fumadores del fatídico humo.
No soy fumador –aclaro- salvo un muy ocasional cigarro. Muy ocasional.
Pero veo que hoy la opinión pública está comprada por los no fumadores que son como los buenos de la película. Los gobiernos hacen todo lo que pueden para ganarse la gracia de estos votantes tan poderosos e inventan estas cosas. Claro una solución que los fumadores vean como “ah me tuvieron en cuenta”.
Yo pienso en la intolerancia de las personas que, con tal de no aceptar las diferencias esconden su espíritu fascista detrás de una ideología. Claro ahora ser “no-fumador” no es una decisión, sino una ideología y encima es cool y moderno. Una ideología que hace que los fumadores se transformen en una especie de lacra que debe ser aislada y expuesta ante los ojos de los demás como cuando en la época medieval se exponía a los condenados en el cepo antes de que les llegara su pena capital.

Vivir y dejar vivir… Para eso hace falta un cerebro, y éstos se están fugando…no de un país, se están mudando de planeta.